En el panorama internacional a mediados del siglo XX, la prensa erótica, muy parecida a la que se había publicado en España hasta los años 30, sigue su evolución natural, mientras que en nuestro país desaparece completamente. Además, a partir de los años 50 y 60 se produce una revolución sexual que cambia las costumbres y la moralidad de occidente, marcada por la progresiva emancipación femenina, con grandes avances en los derechos de la mujer como la legalización del aborto y del acceso a métodos anticonceptivos. Cada país tiene su tradición periodística en la que se encuentran multitud de cabeceras en las que se mezclan el humor y el sexo, revistas de bajo precio y escasa calidad que combinan dibujos o fotografías de mujeres en poses sugerentes con chistes y literatura barata. Dentro de ese panorama, a mediados de los años cincuenta, empieza a producirse un cambio, con publicaciones más cuidadas, bien impresas y prácticamente con los mismos contenidos (textos variados, fotos de mujeres y viñetas de humor gráfico), pero cuidando las formas. En esta línea, seguramente, las más paradigmáticas son la británica Men Only (1935) o Mayfair (1966), la francesa Lui (1963) y las estadounidenses Modern Man (1952) y, especialmente, Playboy (1953). En estas cabeceras se dan a conocer algunos de los grandes dibujantes del siglo XX, y sus viñetas serán republicadas por la prensa de todo el mundo. En España, todo este material no puede publicarse hasta la muerte del dictador en 1975.
Durante el franquismo aparecen algunas publicaciones de humor, siempre vigiladas de cerca por la censura. Pero el humor es subversivo y permite escaparse de la lectura literal, de modo que en muchas ocasiones los dibujantes lograron ir colando pequeños chistes en los que el lector podía encontrar un sutil doble sentido. Sin ninguna posibilidad de publicar nada ni remotamente relacionado con el sexo, la sensualidad del trazo de algunos autores permite dotar de una elevada carga erótica a algunos de sus personajes, como las chicas de Peñarroya, Cifré, Iñigo, Mingote, Eduardo, Serafín o Enrich. En la editorial Bruguera se imita el modelo de la revista argentina Rico Tipo, donde se habían hecho populares las chicas dibujadas por Guillermo Divito. Revistas como El DDT (1951), o Can Can (1958) –que, aunque intentan llegar a un público mayoritariamente adulto en sus inicios, se reorientan hacia contenidos para «todas las edades»– y, más adelante, Tele Cómico (1963), Reseso (1965), El Pito (1966) –que intenta combinar su humor de doble sentido con el deporte–, o Mata ratos (1964), que, con varios cambios, logrará subsistir hasta la siguiente década y en la que se encuentran algunos de los mejores talentos del momento (como Conti, Gin, Nadal, Bernet, Coll, García Lorente o Raf) junto a algunos debutantes que dominarán el panorama del humor gráfico de las siguientes décadas como Cesc, Perich, Oli, Romeu, Tom, Fer, Óscar Nebreda, Ja, Picanyol, o Toni Batllori, entre muchos otros.
Publicación Tío Vivo (1ª època) 1957
Publicación Can Can (1ª època) 1958
Publicación Can Can (1ª època) 1958
Aunque una nueva ley de prensa había entrado en vigor a finales de los sesenta, la censura seguía muy activa en los últimos años del franquismo. La muerte de Franco en noviembre de 1975 y el inicio del proceso de cambio político conocido como «la apertura» –que culminaría en el proceso de la Transición de la dictadura a una nueva democracia– favorece la eclosión del erotismo reprimido durante tantos años, ya sea en publicaciones, espectáculos o películas. El fenómeno será conocido como «el destape», en el que se combina el uso del sexo como resorte para conseguir mayores cotas de libertad tras la represión franquista con un puro interés comercial en la explotación de los más bajos instintos masculinos con material lúbrico de mala calidad.
Las primeras publicaciones en las que el sexo y el erotismo toman posiciones fueron Boccaccio (1970) y El Papus (1973), hasta la aparición de revistas explícitamente eróticas como Lib (1976) y Papillon (1976), en las que el humor mantiene una fuerte presencia, con muchas viñetas de dibujantes nacionales y extranjeros. En el mismo momento aparecen otras revistas de bajo coste especializadas en chiste gráfico erótico, como Sexy Risa (1976), de Bruguera, u otras de mucha menor calidad, como El Trompa, el Ligón (1976), Humor Sexy (1977), o Humor Macho (1978), entre otras.
Publicación Bocaccio 1970
Publicación Bocaccio 1970
Publicación El Papus 1975
Publicación El Papus 1975
Publicación El Papus
Publicación Por Favor 1977
Publicación Star 1977
Publicación Star 1977
Publicación Cachondeo A Tope / Humor A Tope 1983
Publicación Cachondeo A Tope / Humor A Tope 1983
Publicación Cachondeo A Tope / Humor A Tope 1983
Publicación Cachondeo A Tope / Humor A Tope 1983
Publicación Cachondeo A Tope / Humor A Tope 1983
Publicación Cachondeo A Tope / Humor A Tope 1983
Publicación El Víbora 1983
Tras la efervescente eclosión del período del destape, la moral represora se relaja y los desnudos femeninos se normalizan en el ámbito público: prensa, cine e incluso televisión. Llegamos al final del siglo XX con una situación normalizada, aunque de todo el boom de publicaciones cómico-eróticas prácticamente no quedan supervivientes. Y, aunque se publicará una edición española de Playboy, la revista emblemática de mujeres ligeras de ropa en España será Interviú, en la que también encontramos un plantel inmenso de dibujantes, desde Perich a Forges o Mingote.
En el cómic también se produce una situación similar con la aparición de revistas para adultos que ofrecen con normalidad escenas de sexo. Desde los cómics underground a revistas como Makoki, El Víbora o Cairo, numerosos autores de gran talento dibujan sin tapujos. La revista satírica El Jueves permitirá con normalidad escenas subidas de tono en sus páginas –con series emblemáticas como Manolo e Irene, de Manel Ferrer, Mamen, de Mariel y Manel Barceló, Clara de Noche, de Bernet, Trillo y Maicas, o el mucho más reciente Coitus imperfectus de Ricardo Peregrina.
Publicación Titanic 1984
Publicación Nacional Show 1979
En el siglo XXI, el erotismo normaliza su presencia en muchísimos ámbitos de nuestra sociedad, así como en los medios y la publicidad. Con el profundo terremoto que supone internet, el sexo, además, encuentra muchas más posibilidades de difusión y se hace mucho más difícil la censura. Pero esta normalización abre una brecha en la asociación secular entre el erotismo y el humor: ya no hace falta la excusa del chiste para visualizar escenas eróticas; ya no hace falta el dibujo para sugerir lo que fotografías y vídeos muestran explícitamente. Mientras el consumo de sexo se dispara, el de humor erótico disminuye al no existir canales adecuados, como las clásicas revistas que lo habían acogido antaño. Esperemos que el futuro permita que el humor verde reverdezca con nuevas tonalidades que permitan disfrutar con una sonrisa de los dos mejores placeres que tiene la condición humana: el sexo y la risa.
El humor gráfico, como tantos otros, ha sido un ámbito mayoritariamente masculino. Si hablamos del humor verde, si bien la presencia femenina es bastante elevada entre los personajes dibujados, es bien escasa, en cambio, entre sus autores hasta los momentos finales de la dictadura franquista. Núria Pompeia fue una de las primeras autoras que se atrevió a hablar de temas sexuales en los dibujos desde un punto de vista femenino. Afortunadamente, al llegar el siglo XXI su trabajo pionero se ha multiplicado en muchas obras realizadas por una magnífica generación de autoras de humor gráfico. El tema del sexo, ya sea de manera habitual o esporádica, aparece con normalidad y desde diversos puntos de vista en la obra de autoras como Lola Vendetta, Lyona, Rocío Vidal, Flavita Banana, Ana B. Rivero, Maribel Carod, Irene Márquez ...
El humor gráfico, como tantos otros, ha sido un ámbito mayoritariamente masculino. Si hablamos del humor verde, si bien la presencia femenina es bastante elevada entre los personajes dibujados, es bien escasa, en cambio, entre sus autores hasta los momentos finales de la dictadura franquista. Núria Pompeia fue una de las primeras autoras que se atrevió a hablar de temas sexuales en los dibujos desde un punto de vista femenino. Afortunadamente, al llegar el siglo XXI su trabajo pionero se ha multiplicado en muchas obras realizadas por una magnífica generación de autoras de humor gráfico. El tema del sexo, ya sea de manera habitual o esporádica, aparece con normalidad y desde diversos puntos de vista en la obra de autoras como Lola Vendetta, Lyona, Rocío Vidal, Flavita Banana, Ana B. Rivero, Maribel Carod, Irene Márquez ...
Publicación El Jueves 2020