Blanco
Hay dibujantes que se han hecho populares por haber publicado en multitud de revistas y publicaciones, y en cambio hay otros que han construido su carrera con muy pocas o, incluso, con una sola publicación, porque en cuanto la encontraron encajaron y se produjo un entendimiento mutuo que ninguna de las partes siente la necesidad de cambiar. Es el caso de Josep Maria Blanco Ibarz, dejando a un lado su primera etapa en Pulgarcito y unas historietas que se publicaron en la revista Garabatos, de la editorial Toray. El gran dibujante Josep Coll le aconsejó que fuera a mostrar sus historietas a TBO y, desde entonces, allí ha publicado toda la vida.
Blanco es hijo de Barcelona y, ya cuando iba a la escuela, sólo le gustaban los deberes en los que había dibujos. Su fijación por el dibujo estuvo a punto de llevarlo a Rusia durante la Guerra Civil. Unos agentes de dicho país se dedicaron durante algún tiempo a hacer visitas a los colegios buscando niños con grandes aptitudes especiales e invitarlos a ir a estudiar al país soviético, y habían escogido a Blanco, pero finalmente esto no acabó ocurriendo.
Blanco también ha sido hombre de una sola ocupación laboral (más allá del dibujo) porque, después de trabajar de aprendiz de pastelero y de administrativo en una notaría, entró a trabajar en un banco, donde se quedó hasta su jubilación a principios de los años 90. En el banco coincidió con otro gran dibujante, Manuel Urda. Cuando se licenció del servicio militar decidió hacer de su afición al dibujo su segunda fuente de ingresos. Tanteó diferentes especialidades como los tejidos, los estampados o la publicidad pero, animado por algunos amigos como el mismo Urda o Nadal, se decidió por el dibujo humorístico y en 1951 se ofreció a TBO. Allí le dijeron que debía adaptarse al estilo tradicional de la empresa, cosa que consiguió hasta convertirse en uno de los puntales de la publicación junto con Benejam, Urda, Coll, Castanys y Opisso, entre otros. En TBO realizó todo tipo de dibujos, la serie Los Kakikus (1963) y otras historietas, incluso historietas de La Familia Ulises debido a la enfermedad y posterior muerte de su creador, Benejam. Blanco, sin embargo, nunca quiso firmar los originales por respeto a su antecesor y maestro. Cabe decir que, en principio, fue Salvador Mestres quien sustituyó a Benejam, pero su estilo no acababa de encajar y la serie acabó en manos de Blanco. Esta situación se alargó hasta 1979. Blanco continuó realizando trabajos para TBO hasta 1981, fecha de su última colaboración en la revista. Actualmente, se lamenta de que no se haya hecho justicia a muchos dibujantes que han dedicado prácticamente toda su vida a TBO.
A Blanco le gustaban los dibujos completamente llenos y hacer salir a mucha gente. Confiesa que esta afición le viene de la admiración que sentía por Opisso. Precisamente en 1993 publicó un libro titulado La Barcelona de Blanco, que se presentó en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona de aquel año y que está repleto de escenas multitudinarias al estilo de su admirado dibujante.
Blanco es tan minucioso y se muestra tan preocupado por los detalles que él mismo lo hace todo: guiones, textos y coloración. Cada lunes, hacia el final de la tarde, se iba al Oro del Rhin (el gran y desaparecido café de Gran Via con Rambla Catalunya, al lado del cine Coliseum, en Barcelona) y allí, sentado en una mesita del fondo del local, rodeado de poetas, escritores y artistas de todo tipo que también eran habituales, hacía un repaso de todo lo que había hecho durante la semana y planificaba el trabajo de la semana siguiente.
Blanco también es un gran observador de la vida y siempre está listo para tomar nota de todo lo que es susceptible de ser trasladado al dibujo y a la historieta. Siempre va con un puñado de papeles en el bolsillo y, a medida que se le van ocurriendo las ideas, las va esbozando a lápiz, ya se encuentre en el metro, en el autobús o en la mesa de un bar. Otra de sus aficiones es la pintura, sobre todo al óleo.
En el año 2013 dibujó y puso color a sus historietas de Otto el Cañón, Una serie inédita hasta entonces ya que, por temática, no se pudo publicar en su momento en TBO. La editorial Amaniaco publicó el libro al año siguiente.
A Blanco, por el hecho de haber trabajado en un banco toda su vida, le gustaban los números. Según la información que proporcionó para el catálogo Humor Blanco, ha dibujado 3.155 historietas y 31.762 viñetas para TBO, además de las 537 historietas y 7.936 viñetas de La Familia Ulises.
Pulicaciones: Colibrí, D.D.T. Selecciones de Humor, Diari de Andorra, Garabatos, Pulgarcito, Super Pulgarcito, T.B.O.
Series: El loco Perico (Garabatos, 1950), El Mundo se rie (Pulgarcito, 1947), La Família Ulises (TBO, 1968), Los Kakikus (TBO, 1963), Patam Plaff (Garabatos, 1950), Otto el cañón (1966)