Garbancito de la Mancha, el primer largometraje europeo de animación en color, se produjo y se estrenó en 1945 en Barcelona. Una productora y distribuidora catalana, Balet y Blay, y un dibujante e ilustrador de origen valenciano, Arturo Moreno, levantaron una ambiciosa y costosa película de animación.
La película se pudo realizar en un contexto de posguerra de penurias y miseria por la conjunción de varios factores. El más importante fue que la distribuidora Balet y Blay necesitaba conseguir permisos de importación de filmes europeos y norteamericanos, y dichos permisos sólo se obtenían a cambio de hacer producciones propias.
Esta exposición digital es una recopilación aproximada de las piezas que se pudieron ver en la exposición Garbancito de la Mancha. 70 años del primer largometraje europeo de animación en color, concretamente de la parte dedicada a la producción y estreno de la película. La muestra se pudo visitar entre el 1 de julio de 2015 y el 24 de enero de 2016 en el Museu del Cinema de Girona. Los comisarios de la exposición fueron Antoni Guiral y Jordi Riera Pujal.
Queremos agradecer las donaciones digitales de los diversos coleccionistas y especialmente la colaboración del Sr. Jordi Pons (director del Museu del Cinema de Girona), de la Sra. Isabel Moreno, hija de Arturo Moreno, y del Sr. Jordi Artigas.
El Capitán Tormentoso es un cortometraje de animación realizado por la productora Diarmo Films, con dirección de Arturo Moreno, producción de José María Arolas y animación de Rosa Galcerán y Armand Tosquellas. Moreno pidió a la productora Balet y Blay en una reunión si querían distribuir la película, y salió del encuentro con el encargo de hacer un largometraje de animación.
Moreno, entonces un joven profesional de 34 años con una larga experiencia como dibujante, aceptó el reto, lanzándose a la aventura de crear unos estudios profesionales de dibujos animados en 1943. Se creó un estudio en el barrio de Vallcarca de Barcelona, con todos los recursos necesarios: las tablas de los animadores, la truca y un gran equipo de dibujantes para una producción ambiciosa que necesitó alrededor de unas 90 personas. En una Europa en guerra, no fue nada fácil encontrar materias primas básicas como los acetatos.
La producción de Garbancito de la Mancha tuvo que superar muchos problemas derivados sobre todo de la falta de experiencia tanto de la productora como de los realizadores en la producción de cine de animación, y también de las graves carencias de todo tipo de materiales y servicios en el período en que se realizó (1943-1945), que coincidió con la posguerra española y la Segunda Guerra Mundial.
En España no había ningún fabricante a quien poder comprar las tres toneladas de planchas de acetato necesarias para hacer los dibujos de la película. Se tuvieron que adquirir en Suiza y trasladarlas a Barcelona en un tren que estuvo perdido durante un mes debido al bombardeo de una estación francesa por donde tenía que pasar. Tampoco había en el Estado ningún laboratorio donde poder revelar la película en color, por lo que los negativos se tenían que enviar a Londres, que era bombardeada entonces por la aviación alemana.
Ramon Balet se asoció con José María Blay para fundar la empresa de distribución y producción cinematográfica Balet y Blay en 1938. En 1943 Blay decidió entrar en el mundo del cine de animación; pensó que conseguiría más permisos de importación de filmes extranjeros haciendo este tipo de producciones. Blay era un hombre bien conectado con las autoridades franquistas y fue quien se encargó de controlar la realización del film.
El éxito de Garbancito de la Mancha animó a los productores a hacer una segunda parte, Alegres Vacaciones (1948), que tuvo una escasa repercusión entre el público. Después del fracaso de taquilla y de crítica de Los sueños de Tay-Pi (1951), tercer largometraje de la empresa, Balet y Blay dejó de producir películas de animación.
La realización de una película de animación requiere siempre un gran número de profesionales para llevarla a cabo. Garbancito de la Mancha no fue una excepción.
La productora Balet y Blay hizo un llamamiento a los alumnos de las academias de dibujo, bellas artes e instituciones similares de Barcelona para que se presentaran a unas pruebas de selección para trabajar como dibujantes en la realización de la película. Al final contrataron cerca de un centenar de dibujantes, ilustradores, animadores y guionistas, muchos de los cuales participaron por primera vez en la realización de un film animado. Para algunos de estos profesionales representó el inicio de una carrera en el mundo de la animación. Otros continuaron dibujando en otros medios, como la historieta, la ilustración o la publicidad.
Una vez contratados todos los profesionales, Arturo Moreno creó varios grupos de trabajo: 30 dibujantes animadores, dirigidos por Armand Tosquelles y José M. Carnicero, y 20 encargados del coloreado, dirigidos por Anna M. Melero, además de los dibujantes de los fondos y de los técnicos encargados de la truca multiplano, dirigidos por Josep M. Arola. En total, este equipo creó unos 350.000 dibujos en 427 días de trabajo entre los años 1943 y 1945.
Para la realización de Garbancito de la Mancha se empleó la técnica de la truca multiplano, perfeccionada por Walt Disney en 1935. Se trataba de una especie de estantería metálica capaz de aguantar numerosas planchas de vidrio equidistantes, sobre las que se ponían las respectivas hojas de acetato pintados y se filmaban perpendicularmente. Los acetatos más cercanos a la cámara eran los personajes y elementos principales, y los más alejados eran los fondos, los paisajes, etc. De este modo, la técnica del multiplano daba una sensación de profundidad en la imagen proyectada en la pantalla. El propio Arturo Moreno construyó la truca multiplano y algunas mesas móviles para los animadores de Garbancito de la Mancha.
El libro infantil Garbancito de la Mancha fue ilustrado por Arturo Moreno y escrito por Julián Pemartín. Este cuento, editado por Saturnino Calleja, sirvió de base para escribir el guión de la película. Sin embargo, el largometraje no fue del todo fiel al argumento del cuento.
El libro escogido tenía unas ventajas claras en una época de represión de todas las libertades. El escritor y poeta Julián Pemartín era un falangista de primera hora y en esos momentos ejercía de director del Instituto Nacional del Libro Español. Sus cargos políticos dentro del régimen franquista aseguraban la no intromisión de los censores en la realización de la película. La moralidad, las invocaciones religiosas y la exaltación de los valores tradicionales aportados por Pemartín en el libro constan en el sustrato del film, pero Moreno y sus guionistas aportaron una gran cantidad de gags visuales que consiguieron aliviar y enmascarar el mensaje reaccionario inicial del cuento Garbancito de la Mancha.
José María Blay tenía una visión plenamente moderna de lo que era el lanzamiento al mercado de una película. Lo consideraba un producto de consumo más y estaba dispuesto a sacarle todo el rendimiento posible. Con el pleno apoyo del régimen, consiguió el interés de la prensa, que le dedicó amplios reportajes. El día del estreno, el 23 de noviembre de 1945 en el cine Fémina de Barcelona, se convirtió en un acto social relevante.
Varios fabricantes de productos para niños consiguieron la licencia y el mercado se llenó de muñecos, álbumes de cromos (en varias ediciones), fotogramas montados en cartulina, películas de cine NIC, juguetes ... Es decir, lo que hoy se llama merchandising.
La película tuvo un gran éxito de crítica y público y obtuvo unas ganancias económicas de entre dos y tres millones de pesetas.
El argumento de la película: Garbancito es un joven huérfano que tiene una granja cerca de un pequeño pueblo. Sus amigos son Chirili, Kiriqui y la cabrita Peregrina, pero también están los típicos gamberros que no paran de molestarle: Pelanas, Manazas y Pajarón. Un día, el pueblo donde vive Garbancito es amenazado por la bruja Pelocha y el gigante Caramanca, que raptan a sus amigos Chirili y Kiriqui. Gracias a la ayuda de un hada, que le da poderes y una espada mágica, Garbancito libera a sus amigos de las garras de los malvados y es recibido como un héroe por los aldeanos.
Con la nueva película de animación Alegres vacaciones, la productora Balet y Blay quería revalidar el éxito económico alcanzado con Garbancito de la Mancha. Con prácticamente el mismo equipo de dibujantes, se puso a trabajar en el proyecto en 1945. El resultado, sin embargo, fue inferior en calidad y en interés. El argumento, basado en los viajes de los personajes que visitaban varios lugares de España, no resultó atractivo para los jóvenes espectadores.
El hecho de que en la mitad de la producción del filme se quemara el estudio donde se estaba realizando y que se destruyera gran parte del material complicó mucho el rodaje. Se tuvieron que rehacer muchos dibujos, con el cansancio lógico de los dibujantes por el trabajo repetitivo y monótono. La película se estrenó el 27 de diciembre de 1948 sin la presencia de Arturo Moreno, que se había trasladado a trabajar a Venezuela al poco de terminar el largometraje. Ballet y Blay cerraría sus estudios de animación cuatro años después.