Narmas

Dibujante, admirador y discípulo del estilo de Joan G. Junceda, detallista, minucioso y extremadamente realista, Narcís Masferrer fue un hombre de profundas convicciones catalanistas. A los cinco años ya trabajó como actor en el debut teatral de la Agrupació Romea, con la que acabaría apareciendo en muchas representaciones. En 1931 terminó la carrera de maestro de primera enseñanza y ejerció como tal en Manresa, Girona, Cassà de la Selva y Llagostera antes de ser trasladado a Brihuega (Guadalajara). Su admiración por Junceda lo llevó a enviar dibujos a En Patufet con la ilusión de verlos publicados. No lo consiguió, pero sí apareció en otras revistas de la casa como Virolet, Esquitx o L’Almanac d’en Patufet, e incluso se asegura que Valentí Castanys le compró unos dibujos por 25 pesetas para publicarlos en la revista Noticias. También publicó en Papitu, Xut! i L'Esquella de la Torratxa.

Fue movilizado al inicio de la Guerra Civil y, en el frente, impulsó la publicación de una revista llamada Julio!, de la cual solo salieron tres números y para la que escribió algún artículo en catalán, cosa que no fue muy bien recibida por sus superiores. Al terminar la contienda fue conducido al campo de concentración de Gárgoles, en Guadalajara, y a su regreso a Cataluña adoptó el seudónimo Narmas mientras ejercía como maestro en su pueblo, Sant Feliu de Guíxols. Se casó y, durante el viaje de bodas a Madrid, conoció al editor de la revista Cucú, donde publicó unos dibujos con la firma de El Greco. Un poco más tarde trabajó para la Hispano Americana de Ediciones, con sede en Barcelona, realizando unos cuadernos de aventuras que publicaba la editorial con el título de Historia y Leyenda.

En 1950, cuando el extremeño Luis Mazo Mendo (1902-1987) era gobernador de Girona, el secretario de éste, Cosme Casas, tuvo la idea de editar una revista dedicada a los maestros que se tituló Gerunda. En esta publicación Masferrer vio una oportunidad para hacer realidad el sueño de su vida, que era no sólo editar un nuevo En Patufet sino hacerlo además en catalán, y propuso a Casas hacer un suplemento de Gerunda que se llamaría Gerundín y que tenía que ser en catalán. Proponer algo así en 1950, en uno de los momentos de plenitud del franquismo y del anticatalanismo más represivo, parecía cosa imposible, y nadie sabe qué hizo Masferrer para medio convencer a Casas para que incluyera el catalán en el suplemento Gerundín. El 11 de febrero de 1950 salía Gerundín, con toda la revista en castellano a excepción de las dos páginas centrales de las 16 que tenía, que eran en catalán. En números sucesivos aparecieron otras colaboraciones en catalán y hasta llegó a salir una portada en catalán (dibujada por Masferrer, por supuesto), pero, como dicen, la alegría dura poco en casa del pobre y el gobernador, que hasta aquel momento no se había enterado de nada, descubrió de repente que Gerundín salía con algunas páginas en catalán y suspendió la revista fulminantemente cuando solo habían salido nueve números. Para comprender mejor el talante peculiar de este gobernador explicaremos una anécdota muy jugosa relacionada con sus visitas al faro de Sant Sebastià, entre las localidades de Llafranc i Tamariu, en la Costa Brava. Como antes de la guerra, incluso años después, muy poca gente subía al faro, tenían un libro de firmas para que los escasos visitantes anotaran sus impresiones. Mazo Mendo escribió: “La primera vez visité este faro siendo fiscal de la República. Hoy vengo como gobernador civil. ¿Vendré la próxima vez como ministro? Quién sabe, otros más brutos que yo lo han sido”. Hoy en día los libros de firmas ya no están a disposición del público, y el que contiene esta perla se guardó con la cita tapada con un papel. También mencionaremos, como curiosidad, que en Gerundín Masferrer publicó una sección llamada Vidas vistas, que era una imitación de las Pàgines viscudes que Folch i Torres publicaba en En Patufet, firmando con el nombre de José Badia Montiflores.

Conociendo sus ideas, no es de extrañar que cuando apareció Cavall Fort en 1961 apareciera dibujando una serie titulada Quim Sidral. También se dedicó a la ilustración de libros como Rovelló, de Josep Vallverdú, que fue Premio Folch i Torres en el año 1968. En la misma época su nombre apareció en muchas otras publicaciones como el popular semanario Dígame. Esta actividad múltiple le comportó muchos reconocimientos. En 2003 Sant Feliu lo nombró hijo predilecto mientras que, en 2011, un año después de su muerte, el teatro municipal recibía su nombre y se estrenaba en él un documental sobre su vida. Su faceta de actor teatral también fue importante, llegando a actuar en teatros como el Novedades. Incluso fundó y dirigió un grupo teatral llamado L’Arlequí de Paper.

No debe confundirse al dibujante con su también famoso tocayo Narcís Masferrer i Sala (1867-1941), uno de los pioneros de una gran cantidad de deportes y publicaciones relacionadas con ellos. Entre otras cosas, fue cofundador y vicepresidente del F.C. Barcelona, presidente de la Federación Catalana de Ciclismo y del Comité Olímpico Catalán. También impulsó la exposición internacional de 1929, la construcción del estadio, y como periodista fundó el periódico El Mundo Deportivo.

Publicaciones: Cavall Fort, Cucú, Dígame, El Tarlà, Els Infants, En Patufet (Almanac), Esquitx, Flechas y Pelayos, Gerundín, Julio!, L'Esquella de la Torratxa, Noticias, Maravillas, Papitu, Virolet, Xut!

Principales series: Quim Sidral (Cavall Fort).