Páginas Vividas

Origen: 21/10/1943

Desaparición: 04/01/1947

Numeración: 168. Biblioteca páginas vividas (hasta el núm. 60, 1ª época), Páginas vividas (núm. 60 al 168, 1ª época)

Medidas: 19 x 13,5 cm

Formato: Revista

Editor: Miva

Idioma: Castellano

País: España

Periodicidad: Semanal

Enlaces: El còmic en català, Tebeosfera, Textos de literatura catalana (1833-1931),

Páginas Vividas

La victoria franquista en la Guerra Civil conllevó la prohibición de las publicaciones en catalán a partir de 1939. Para el escritor Josep Maria Folch i Torres, esta prohibición supuso la pérdida de la que hasta entonces había sido su herramienta de trabajo: la lengua catalana. Hasta el estallido de la guerra, Folch i Torres fue uno de los escritores más populares y leídos en catalán. Con el objetivo de obtener ingresos profesionales, Folch i Torres se asoció con su yerno, Alfred Viñas i Torrent, y con Salvador Valls i Vergés para lanzar una revista infantil en la línea de la desaparecida En Patufet, aunque, dadas las circunstancias políticas del momento, tuvo que hacerlo en castellano. Esta revista se llamó inicialmente Biblioteca Páginas Vividas, y, más tarde, simplemente Páginas Vividas, e incluyó como contenido principal relatos de Josep Maria Folch i Torres, que, en su mayor parte, no eran más que traducciones al castellano de los que se habían publicado originalmente en catalán en la Biblioteca Patufet.

En su catálogo de 1945, la editorial Miva explica que la publicación tenía como propósito “ofrecer a la nueva juventud aquellas maravillosas narraciones que nos deleitaron en nuestra niñez y juventud (…) desde las cuales pudo José Mª Folch y Torres divulgar ejemplos vividos, páginas arrancadas de la vida real, escenas que reflejan perfectamente modos llanos y claros de pensar, reacciones que cada día pueden observarse en nuestras calles, en los centros de trabajo y en cualquier lugar, donde al calor de las dificultades surgen espontáneos movimientos generosos, siempre aleccionadores y emotivos”. La revista se presentaba como “un rayo de luz en la inteligencia de los jóvenes, que contribuirá a reforzar las enseñanzas recibidas de sus padres y de sus maestros, y que entrará en su domicilio periódicamente en una labor callada, y como tal, tremendamente eficaz”.

Los seis primeros cuadernos de la colección constaron únicamente de dos relatos de Folch i Torres con dibujos de Joan Junceda y de Lozano Olivares. A partir del séptimo, todas las ilustraciones son de Junceda. En el número 10 se incluye por primera vez un chiste (de Pam), y en el 11 arranca la sección Episodios y aventuras. Poco a poco se fueron incorporando otros contenidos varios repartidos por la revista hasta que se agruparon en secciones esporádicas, intermitentes o fijas. A partir del número 32 y hasta su final, en cada cuaderno había solamente un relato de Folch i Torres, siempre ilustrado por Junceda.

En el sexto número se inició la publicación de novelas de Folch i Torres con ilustraciones de Junceda en entregas de ocho páginas encartadas en la revista que posteriormente podían encuadernarse en volúmenes independientes, a excepción de las dos primeras, que compartían un mismo volumen. Fueron, en total, ocho novelas, de las cuales cuatro ya habían aparecido en catalán en la Biblioteca Patufet.

Las restricciones propias de la época (escaseaban los permisos para publicar revistas de carácter periódico que no fueran directamente editadas por el régimen franquista) motivaron que los primeros seis cuadernos aparecieran sin numerar, aunque las alusiones a varios acontecimientos que aparecen en algunos artículos permiten ordenarlos. Hasta su número 20 la cabecera incluyó una ilustración de Lozano Olivares que se sustituyó por otra de Junceda entre los números 21 y 60. Inicialmente, la portada la ocupaba una ilustración (de Lozano Olivares en los cuatro primeros cuadernos y de Junceda del quinto al decimocuarto) relacionada con el contenido y los títulos de los dos relatos incluidos. A partir del número 15, la portada muestra un chiste, ilustrado siempre por Junceda hasta el número 34 y, a partir de entonces, también ocasionalmente por Muntañola, Peñarroya, Arnalot y Salvador Mestres.

La revista, que en su número 61 cambió su denominación inicial Biblioteca Páginas Vividas por la más simple Páginas Vividas, tenía un formato similar al de En Patufet, con cubiertas a color e interior a una tinta. La paginación osciló entre las 24 y las 32 páginas más cubiertas. Se publicó semanalmente durante poco más de tres años, hasta llegar al número 168 el 4 de enero de 1947. A la semana siguiente de su publicación adquirió un formato más grande y anunció que pasaba a ser quincenal, a la vez que incorporaba una sorprendente nueva numeración que se iniciaba en el número 10. Pero solo llegaron a los quioscos dos números más, el 11 y el 12, antes de que la revista desapareciera sin previo aviso.

La revista, a pesar de sus colaboraciones de buena calidad, nunca pudo alcanzar la popularidad y cifras de ventas de En Patufet, el modelo que quería emular.

Principales colaboradores:

Amat, Arnalot, Ben, Castellote, Òscar Daniel, Josep Maria Folch i Torres, Font, Garcia, Garcia Estragués, Guerau, Josa, Josel, Junceda, Llampayas, Lozano Olivares, Salvador Mestres, A. Seimell, Morales, Muntañola, Murguí, Narmas, Pam, Pardás, Peñarroya, Roldós, Rubio,  Sabatés, Sala, Solsona, Tàpies, M. Terio, Valls, Viella.

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