Máximo

Desde sus inicios se caracterizó por unos dibujos siempre esquemáticos y tremendamente reconocibles en la revista cultural Juventud (1955). Anteriormente, había trabajado como locutor de radio en Valladolid, hasta que en la década de 1960 se trasladó a Madrid. Allí inició su colaboración junto a Antonio Mingote en su hebdomadario satírico Don José. Poco después desembarcó en La Codorniz, al igual que gran parte de los humoristas gráficos de la época. Y fue en La Codorniz donde empezó a desarrollar una personalidad que le hizo singular y que contrastaba con el barroquismo de su amigo Chumy Chúmez. A su vez, Máximo colaboró también en varios de los diarios de la época como Arriba, Informaciones, El Correo Catalán o La Vanguardia. En 1974 fue uno de los fundadores de la revista barcelonesa de humor Por Favor. En esta época, en la que su humor comenzaba a ser más comprometido políticamente al incluirse sus chistes en la sección de opinión, empezó a publicar algunos de sus libros más polémicos como Carta abierta a la censura (1974) o Animales políticos (1976).

Fue habitual en el diario El País desde su nacimiento en 1976, y estuvo ligado a su editorial durante prácticamente toda su trayectoria profesional posterior, relación que concluyó en 2007. En 1978 se incorporó también al diario ABC. También publicó sus chistes y viñetas en las revistas Triunfo e Interviú, principalmente en el suplemento satírico de la última, ¡A las barricadas!. Desde la creación del departamento de humor gráfico, colaboró hasta su muerte con la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares, participando en sus diferentes cursos y en varias de las muestras que la fundación ha organizado. Publicó artículos en varias revistas reivindicando la profesión de humorista gráfico y también participó habitualmente en algunas tertulias de radio y televisión.

Su estilo esquemático y lleno de símbolos le hace fácilmente reconocible, haciendo de sus chistes algo único. Generalmente se ciñó a los chistes y rara vez hizo viñetas seriadas. Sin duda innovador, fue siempre un paradigma dentro de la ilustración y del humor de nuestro tiempo de la modernidad y de la reflexión y el incansable espíritu crítico.

Entre los galardones que recibió caben destacar el Premio Mingote en 1981, el Premio Joaquín Costa de Periodismo en 1988 por un artículo titulado Los artistas, entre las musas y Mercurio y el Premio Rodríguez Santamaría de la Asociación de la Prensa De Madrid en 2007 por sus treinta años ininterrumpidos publicando viñetas diarias en El País.

Publicaciones: ABC, ¡A las barricadas!, Arriba, El Correo Catalán, El País, Interviú, Juventud, La Codorniz, La Vanguardia, Informaciones, Por favor, Triunfo.