Munoa

Sus principales ocupaciones fueron la joyería, la pintura y su afición por las antigüedades. Nacido en Donostia, antes de cumplir los 20 fue a Madrid a estudiar óptica y, como tenía habilidad manual y sentido del humor, entró a trabajar en La Codorniz, que dirigía Álvaro de Laiglesia, donde permaneció desde 1950 hasta la desaparición de la revista en 1977. En este periodo popularizó sus dibujos de personajes delicados, jovencitas ingenuas y sofisticadas y angelitos asediados de tanto en cuanto por hombres con malas intenciones, pero todo tratado con ironía de buena ley. Prácticamente toda su carrera de dibujante transcurrió en el “Semanario más audaz para el lector más inteligente”, que era como se autodefinía La Codorniz, a pesar de unas pocas incursiones en otras publicaciones como Balalaika, Interviú o La Golondriz, sucesora de La Codorniz.

Como ilustrador, en cambio, tuvo una presencia importante en muchos libros y obtuvo varios premios. En 1959 le dieron el Premio Lazarillo por el libro Exploradores en África, en 1967 ganó el premio del I Salón de Humoristas de Madrid, el mismo año lo premiaron en la Feria del Hombre de Montréal y en 2005 el Ayuntamiento de San Sebastián le concedió la Medalla al Mérito Ciudadano. Fue miembro de entidades culturales como la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País o la Hispanic Society of America. A su muerte en el año 2012 se lo recordó más como un gran joyero, especializado en el arte de la platería, y como autor de libros sobre el tema que por su faceta de humorista.

Publicaciones: A las barricadas, Balalaika, Balalín, Bazar, Bocaccio, La Codorniz, La Golondriz, 3 amigos.