La Piga - La Figa - La Pepa

Origen:

Formato: Revista

Editor: Costa

Idioma: Castellano

Enlaces: Tebeosfera, Traces,

Bibliografía:

Solà Dachs, Lluís. Papitu i les publicacions eroticosicalíptiques del seu temps. . Ed.Duxelm. Barcelona. 2008

VV.AA.. Psicalíptics. Erotisme i transgressió a les revistes il·lustrades del principi del segle XX. . Museu d'Art de Sabadell. Sabadell. 2004

La Piga - La Figa - La Pepa

Con la manifiesta voluntad de perpetuarse como semanario erótico-festivo que hiciera la competencia a Papitu, que dominaba en solitario el mercado catalán dentro de su especialidad, el 12 de septiembre de 1913 apareció en Barcelona La Figa. Ostentaba el subtítulo irónico de “setmanari agrícola”, tenía 16 páginas, un formato de 24,7 x 19 centímetros, se vendía al precio de diez céntimos el ejemplar y estaba impreso a dos columnas por el establecimiento gráfico de Félix Costa. Combinaba textos cortos con dibujos que, en sus tamaños, iban desde la página entera a la nota ilustrativa. Copiaba formas y maneras de Papitu, con el que salía a competir e, incluso, le superaba en intención pecaminosa desde su mismo título, pues aunque se amparaba en el nombre que en catalán se da al fruto de la higuera y apareció una en la primera portada y unos versos interiores la alababan diciendo “Oh, Figa! Figa! Fruita encisadora: / per a collir-te cal que arribi l’hora / però hi ha qui més t’estima quan ets verda(“¡Oh, Higo! ¡Higo! Fruto encantador: / para cogerte tiene que llegar la hora / aunque hay quien más te quiere cuanto más verde”), en realidad se refería a la vulva femenina.

El impresor y editor Costa, que con los años sería el propietario de Papitu, pretendía ir más allá de las siempre veladas procacidades de la bien asentada publicación a la que quería desbancar. Sin embargo, la autoridad gubernativa que cuidaba de la moral pública y examinaba los ejemplares de la prensa antes de su difusión entre el público censuró totalmente aquel primer número de La Figa y fueron muy pocos los números que llegaron a sus posibles lectores.

Félix Costa no se desanimó, y a la semana siguiente, el 19 de septiembre de 1913, intentó que apareciera La Piga, que era, mediante una leve modificación en el título, una exacta continuación del semanario predecesor, en el que tan sólo se alteró ligeramente el formato, que pasó a ser de 28 x 22 centímetros. Y tal como había ocurrido siete días antes, el primer número también fue el último.

Finalmente, al cabo de unas semanas empleadas en la remodelación de contenidos, y esta vez con utilización del bicolor, apareció La Pepa el 22 de octubre de aquel mismo 1913. Ésta afirmaba, editorialmente, que su nombre era "simbòlic i representatiu de xafarderia conscient i comunicació ràpida d'idees per a l'aproximació dels éssers i la determinació d'un major grau de sociabilitat" (“simbólico y representativo del chismorreo consciente y la comunicación rápida de ideas para la aproximación de los seres y la determinación de un mayor grado de sociabilidad”). Impresa en mejor papel y mucho más atractiva en su modo de presentar textos y dibujos que sus antecesoras, rebajó considerablemente los planteamientos de éstas y practicó un humor picaresco muy diluido, inferior al del mismo Papitu. Por ello, aunque se mantuvo en el mercado durante cinco números (el último apareció el 19 de noviembre), hubo que abandonar porque muy pocos lectores se interesaron por ella. Sus textos eran anónimos, y en cuanto a los dibujos se puede advertir el trazo de Antoni Farré y Ramon Jou como principales colaboradores, tanto en aquella tercera publicación como en las dos anteriores.

Principales colaboradores: Antoni Farré, Ramon Jou.

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