Diálogos para besugos

Diálogos para besugos fue una sección que empezó a publicarse en la revista El DDT a partir de 1951, confeccionada por diversos redactores. Se trataba de un breve texto que reproducía un diálogo sin sentido, absolutamente surrealista. En el año 1953 el dibujante Conti invitó al guionista radiofónico Armando Matías Guiu a trabajar como redactor en la Editorial Bruguera, momento a partir del cual se hizo cargo, entre otras, de esta sección. Con la brillantez de sus textos humorísticos, Matías Guiu consiguió que sus escritos disfrutasen de una gran popularidad entre los lectores de El DDT. Por aquel entonces los redactores en Bruguera eran anónimos, no tenían la consideración de la que gozaban los dibujantes y no podían firmar sus trabajos; Matías Guiu logró poner su nombre en sus colaboraciones. El propio escritor llegó a afirmar que se consideraba “un dibujante de imágenes mentales”.

Matías Guiu aplicó su toque personal a Diálogos para besugos, una forma de trabajar que definió así: “Jugué con la palabra, apuré al máximo el sentido de cada vocablo, mezclándolo con otro de fonética similar con distinto significado para dar pie a nuevas imágenes, compliqué las conversaciones para derivar de un tema a otro, liando conceptos, ideas, hasta lograr que de los dos dialogantes ninguno supiera quién había iniciado la trama de desatinos. Hubo juegos de palabras que me dieron pie para varios diálogos, hasta apurar al máximo sus significados”.