El Tatano

Cavall fort nació en 1961 con el firme propósito de convertirse en un instrumento de difusión de la lengua catalana en un momento en que, perseguida por el régimen del General Franco, fue eliminada de los medios de comunicación y del sistema educativo. En tiempos extremadamente difíciles, Cavall Fort fue una verdadera escuela de catalán, y lo consiguió creando una revista moderna e innovadora que combinaba artículos de divulgación y relatos con el trabajo de magníficos ilustradores. Además, apostó por promocionar a historietistas del país e importar lo mejor de lo mejor del potente cómic francobelga. El resultado fue una publicación de muy alta calidad que arraigó tan intensamente en la sociedad civil que, cuando las circunstancias culturales y políticas cambiaron, supo adaptarse a los nuevos tiempos consiguiendo sobrevivir hasta la fecha de hoy. Actualmente, sigue siendo una revista de altísimo nivel.

Cavall Fort ha sido desde siempre una publicación dirigida a lectores jóvenes, a partir de 9 o 10 años, que se ha enfrentado al reto permanente de tener un público con fecha de caducidad que, al llegar a una cierta edad, busca nuevos productos. Ahora bien, a principios de los noventa la dirección de la revista se dio cuenta de que había un sector de público por conquistar: el anterior a la lectura de Cavall Fort. Así nació en 1990 El Tatano, un suplemento bimensual de la revista madre dirigido a niños y niñas a partir de 4 o 5 años que empiezan a dar sus primeros pasos en la lectoescritura y en el descubrimiento del mundo que les rodea. En 2005 la revista se hizo independiente, y desde entonces aparece en el mercado una vez al mes.

El proyecto El Tatano tenía un ilustre precedente: en 1922 la gran En Patufet, convertida ya en una revista no sólo juvenil sino casi familiar, se dio cuenta de que había un mercado virgen por explorar, el infantil, y así nació Virolet, una revista de historietas para los niños que se mantuvo en el mercado durante nueve años (y que después fue sustituida por Esquitx) y en la que colaboraron los mejores dibujantes de la generación de antes de la guerra como Junceda, Cornet, Serra Massana, Anglada o Moreno, entre otros.

El Tatano ha sido, desde su primer momento, una revista con un sólido cimiento pedagógico que se ha sabido combinar con una gran capacidad para estimular y animar a los jóvenes lectores. La huella de Teresa Duran como colaboradora habitual y de Mercè Canela, directora de Cavall Fort desde 1998 se deja notar en el génesis de la propuesta, y lo cierto es que han sabido crear series perfectamente adecuadas para el público de la revista y una publicación en la que el tratamiento gráfico ha tenido una capacidad seductora incuestionable. Entre los dibujantes cabe destacar la presencia de una nueva generación de ilustradores e historietistas, ahora ya completamente consolidados, como Cristina Losantos, Francesc Rovira o Jordi Viladoms, así como la capacidad de rescatar una figura clásica del cómic de los ochenta como Scaramuix.

Principales colaboradores: Marta Balaguer, Mercè Canela, Teresa Duran, Albert Jané, Cristina Losantos, Anna Mongay, Francesc Rovira, Scaramuix, Jordi Viladoms.

Principales series: En Fermí i la Valentina (Joan Scaramuix), En Mitós, Mixu Mixu  (Rosa Muxí, Christian Inaraja), En Pere sense por (T. Duran, Viladoms), La Rita Pinyada (Marta Balaguer, Cristina Losantos), Rut i Piu (Anna Mongay).